El precio hora del programador y la del servicio de la limpieza

«Nuestro objetivo es que la hora del programador cueste lo mismo que la del servicio de limpieza.»Reloj

Esto lo dijo un consultor de una gran empresa a un gerente de un proyecto en una empresa del IBEX35. Este mismo gerente me lo comentó durante una comida, mientras hablábamos de por qué no puede haber grandes diferencias entre los sueldos de los programadores.

Mi postura era que, si sabemos que existe un programador que saca el trabajo equivalente de tres personas adelante (y existen), lo normal es que cobrase el doble de sueldo (estaba siendo prudente, porque el sentido común dice que habría de cobrar el triple). Él lo rebatía con un caso muy simple: La hora del programador es fija. Esto es, un programador de una categoría determinada cuesta, pongamos, 35 € la hora y eso es independientemente de su rendimiento.

Existe un baremo inferior, que es básicamente que, si el programador no da la talla, se le sustituye, pero no existe un baremo superior. Así, para un mismo puesto, un programador pasable cuesta lo mismo que un programador excelente. Por lo tanto, es imposible pagarle el doble a nadie, ya que enseguida se entra en pérdidas. ¿Que saca el doble de trabajo adelante? No importa, lo que importa es el precio por hora.

Todo este pensamiento está basado en una falacia: los programadores son perfectamente intercambiables entre ellos. Solo se necesita alguien que les diga lo que tienen que hacer y ellos se dedicarán a mecanografiar el código. Por eso hay gente ilusionada con mano de obra barata de factorías de la India, con la que pretenden bajar más el precio por hora hasta el nivel del servicio de la limpieza. (Quisiera aclarar que no tengo nada contra el servicio de la limpieza. La comparación no es mía).

La realidad es que programar no es equivalente a mecanografiar. Un programa se puede hacer de muchas maneras distintas y hay algunos programadores que siempre tienden a hacerlo de la mejor manera posible. La diferencia entre hacerlo normal y bien pueden ser días de trabajo en proyectos normales y semanas en grandes proyectos. Imaginemos la diferencia entre hacerlo pasable y excelente. Además, los buenos programadores tienden a crear un código sin grandes errores y fácilmente mantenible, lo que repercute en el mantenimiento posterior.

Entrados en este vicio del precio por hora, hay programadores que se frustran al ver que sacan proyectos adelante y lo único que obtienen son problemas. ¿El proyecto no funciona? Pongamos a este que sabe. ¿La cosa va bien? Pongamos a este que no sabe tanto. Al final, muchos emigran a sitios donde el sueldo es mucho más elevado (léase Estados Unidos o Gran Bretaña), otros buscan clientes finales donde pueden romper el vicio del precio por hora y otros dejan la programación y se dedican a gestionar.

Y es que, amigos míos, gestionar tiene algo llamado primas, beneficios, comisiones o como se quiera llamar, que puede hacer que los sueldos se disparen. El porqué un programador que termina un programa en la mitad de tiempo lo único que puede esperar es que le pongan a hacer otro programa y no una prima es algo que se escapa a mi razonamiento.

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